viernes, 25 de marzo de 2011

EL AVIÓN DE LOS CABALLOS Y EL RECUERDO DE OSCAR CARBALLO

CURTISS FREIGHTER C46 F similar al "Avión de los Caballos"

RESTOS DEL C46 F que tripulaba como copiloto mi recordado amigo OSCAR CARBALLO.





Hace unos minutos vi en televisión por América Sport, que invitaban a una excursión al avión de los uruguayos y "al avión de los caballos". El primero se trata del accidente muy conocido por ser una extraordinaria experiencia de supervivencia de la que se ocupó mucho la prensa, la literatura y el cine. Pero fue "el avión de los caballos" el que concentró mi atención y me vine de inmediato a buscar la página que indicaban: www.aventuraenlamontaña.com.ar

Oscar Carballo

Este es el piloto al que recordé siempre porque cuando yo tenía cinco años de edad él me hizo una propuesta: "Si escribís bien mi apellido te regalo una birome". Era el año 1959 y con letra imprenta de niño escribí: C A R B A LL O

Oscar Carballo era por entonces el piloto del avión de la empresa agropecuaria "Lafuente y Mendiondo" en la que mis padres trabajaban, se trataba de un Cessna 172 blanco con franjas rojas en el que en algunas oportunidades nos llevó a volar. Desde entonces soñé con ser piloto pero nunca lo pude intentar por razones económicas.

Escribí C A R B A LL O sin equivocarme y, aunque el error hubiese sucedido Carballo me hubiese regalado igual la birome, era transparente, la recuerdo muy bien, y también cuánto lloré cuando se me rompió por un tropezón con posterior caída mientras corría por el interior de la casa.

Tengo otro recuerdo de Oscar Carballo: le gustaban mucho las frutillas (como a cualquiera de nosotros), pero son esos recuerdos fotográficos que uno conserva en esas edades tempranas. En uno de los extremos de la gran casa de la administración de la estancia "La Germania", donde vivíamos por entonces porque papá trabajaba de peón de a caballo y mamá era empleada doméstica, en ese sector había sembrada frutillas a las que Oscar Carballo visitaba cada vez que llegaba a la estancia con los patrones.

Por relatos de mis padres recuerdo que Oscar Carballo renunció a "Lafuente y Mendiondo" para ir a trabajar con "un avión que transportaba caballos y tiempo después se supo que tuvo un accidente fatal en la cordillera cuando volaba hacia Chile". Y sólo me quedó el recuerdo, nunca más supe de Carballo hasta hace unos minutos cuando vi la invitación en TV. Si tuviera el dinero iría para rezar junto a los restos del avión un oración a la memoria de aquel piloto que me llevó por primera vez a volar, que regaló una birome porque escribí con letra imprenta su apellido: "C A R B A LL O", y que le gustaban las frutillas.


De la página: www.aventuraenlamontaña.com.ar

Historia:

El 17 de mayo de 1960 un C-46 F (por Freighter, carguero) de la empresa Transamerican Air Transports cruzaba, con equinos y cargamento diverso, por el paso Las Leñas de San Rafael a Rancagua, en Chile, en un vuelo originado en Ezeiza vía Santiago y con destino final Panamá. Era comandante Pedro Fuentes, copilotos Fermín Gómez y Oscar Carballo, y Domingo Vacarelli mecánico. La carga principal eran siete caballos de pura sangre.

El tiempo era malo: tempestad en la alta Cordillera. Sobre el paralelo 34º 30′ S estaban envueltos en nubes los picos como el Leñas (4351metros), el Paraguay (4589) y el Sosneado (5189). -
Habiendo partido a las 11 de Ezeiza, a las 15.15 el radiotelegrafista comunicó que debido a las adversas condiciones climáticas iban a intentar el cruce de los Andes por el paso del Yeso.

La máquina, matrícula LV-GGJ (Lima Víctor – Golf Golf Junior), cruzaba sin embargo a un nivel demasiado bajo para lo que es aquélla orografía. Además parece que el piloto o el navegante un tanto se había extraviado porque no alcanzaron a cruzar por el Yeso sino más al Sur, por el paso Las Leñas (no idéntico con el valle homónimo de deportes invernales). El hecho es que una tarde nublada sobre la estancia El Sosneado a orillas de la Ruta 40, al Norte de Malargüe, se oyeron claramente los motores de un avión que evidentemente volaba bajo.
Después, nada más. Era como si al C-46 se lo hubiera tragado la tierra. Toda la búsqueda resultó vana.

Pasaron semanas, trascurrieron meses. Cambió el almanaque. Sin rastros del Curtiss. Hasta que de pronto comenzaron a suceder y a observarse cosas extrañas en la comarca. Como que dos hombres de situación económica humilde de El Sosneado habían adquirido una estación de servicio en Neuquén. Otros más, puesteros como aquellos de origen, se habían trasformado en prósperos comerciantes. Cuando la policía inició la investigación se supo que los personajes en cuestión habían llegado hasta el aparato siniestrado en lo alto del escarpado cerro Sosneado donde entre restos metálicos y esqueletos humanos y de animales había, desparramado, fajos de billetes de banco y monedas: pesos moneda nacional, dólares, soles peruanos, escudos chilenos y balboas panameños.

Hallada la punta del ovillo fue posible reconstruir toda la trama. Para los saqueadores todo se inició cuando con su vista experta observaron cómo en el comienzo del verano después de un invierno de poca nieve, en lo alto del Sosneado comenzaron a revolotear jotes, cóndores y otras aves de carroña. Recordando la desaparición del Curtiss y atando cabos, los pastores subieron hasta el lugar de la tragedia, encontrando todo en su estado natural. -

Cuando se supo del episodio se desencadenaron desde luego las versiones más inverosímiles. Como que en el Golf Golf Junior habría volado un correo del entonces fugitivo ex presidente Perón llevando al exterior su mal habida fortuna: dólares, joyas, y oro en monedas y en barras.

En rigor, nada de esto. Pero sí buenas sumas de divisas que llevaba la tripulación para gastos de viático: hotelería, comida, combustible para la máquina, etc.
El más desgraciado de todos resultó ser un puestero que viviendo en una choza, aprovechó unos papelitos verdes que encontró para tapar las ranuras por donde entraba el chiflete. Sencillamente no solo ignoraba el valor de los dólares, sino incluso de qué se trataba.


Interesante resulta el colofón de todo lo antedicho. Porque según el informe oficial sobre la causa del accidente parecería que aquello no fue un impacto (“nube con carozo”). En cambio el aparato parece haber caído por daños estructurales: entró en nubes con fuerte turbulencia perdiendo en las violentas ascendentes y descendentes el ala derecha y el plano estabilizador y elevador, piezas que se encontraron a unos 3500 metros del lugar del siniestro.



Luis Oscar Tolosa

1 comentario:

nina dijo...

yo encontre ropa de mujer. zapatos, ropa interior )breteles) nadie (mas que la gente de la zona) dice que viajaba una mujer en el avion...